“La Vénus endormie” y la pasión oscura de Paul Delvaux
El trabajo del artista belga Paul Delvaux, combina la perfección clásica con una erótica y problemática atmósfera. La sensualidad de “La Venus dormida” se establece contra su propia opresión nocturna. Su pintura es ejercicio de admiración, una transformación del mundo que lo rodea, como él mismo explicaría, este cuadro fue pintado en Bruselas durante el tiempo de guerra de la ocupación alemana mientras la ciudad era bombardeada. “La psicología de ese momento fue excepcional, lleno de drama y angustia” dijo; “Quería expresar esa angustia en la pintura, contrastada con la calma de Venus”. En “la Venus dormida”, óleo sobre lienzo pintado en 1944, la plácida sensualidad de la diosa romana contrasta el entorno nocturno que la rodea. A continuación analizaremos de manera detallada los elementos presentes en el cuadro y como ellos se entremezclan para gritar las visiones de Delvaux.
1.- Aspectos técnicos
Delvaux utiliza evidentemente, los aspectos eróticos en el cuadro, utilizando los desnudos como presencia recurrente en la obra. Se puede observar en primer plano a la Venus dormida plácidamente, los brazos naturalmente posicionados sobre la cabeza hacen alusión a la posición de comodidad y exposición, pues el personaje no cubre nada de su cuerpo. Al lado derecho de Venus, tenemos a otra mujer desnuda con el brazo extendido, en segundo plano a un grupo de mujeres también desnudas, una de ellas con los brazos extendidos mostrando todo el cuerpo frontal desnudo, imagen alargada que denota sensualidad a través del lamento o dolor. Y en tercer plano, ceca a la última columna del primer templo, otra mujer suplicante que cae de rodillas como aferrándose al templo, con las piernas ligeramente extendidas y los brazos en posición de súplica. Estos elementos femeninos, combinados con las actitudes que representan, más la voluptuosidad de las curvas, nos detallan imágenes sumamente teñidas de erotismo. Asimismo, Delvaux hace la reintroducción del sujeto, pero en un sentido determinado que es el de lo extraño y de lo ilógico. En este caso la doble Venus (la diosa y el planeta) y lo que representa esta reinserción y la presencia del esqueleto como sujeto inverosímil pero terrorífico que trae la muerte de una manera ilógica pero clara. En Delvaux también se puede observar elementos del pintor Caravaggio y su técnica del claro-oscuro, pues dentro de los planos del cuadro vemos que es de noche y la oscuridad pareciera pretender consumirlo todo, sin embargo, Venus está rodeada de luz, una luz que pareciera infinita, entre estos dos elementos está presente el contraste entre lo bello y lo feo, entre lo mágico-divino y lo tétrico-angustiante. Por otra instancia, Delvaux hace uso de elementos clásicos – realistas, pues la forma de presentar las siluetas nos remite a esos cuadros, además del claro uso del piso a modo de baldosas, típico en pintura realista, que claro, el pintor combina con imágenes dentro de lo absurdo como el esqueleto y la mujer con prendas de la ultima parte del siglo XIX.
2. Aspectos iconográficos.
En esta parte analizaremos poco a poco los elementos presentes en la pintura. Partiendo de lo que se observa de manera general, el escenario es primordialmente romano, la arquitectura y la escultura presente reflejan claramente el lugar y la época en donde está situada esta historia. En el primer plano, tenemos a la Venus dormida, sabiendo que Venus es la diosa del amor y la belleza, al estar dormida, se inserta la idea que el amor y la belleza del mundo lo están también, entonces, mientras la diosa viaja en el doble mundo del sueño y la muerte, el universo se viene abajo sin sus poderes divinos, despertando a las calamidades, la oscuridad y la guerra entre los hombres. A ambos lados de Venus tenemos dos imágenes perturbadoras, al lado izquierdo del cuadro vemos un esqueleto, el cual suele ser interpretado a la muerte, y casi frente a él, una mujer de vestiduras de fin del siglo XIX que pareciera dirigirse a alguien por la forma en que está elevada su mano derecha. Al parecer esta contraposición de ambos personajes, quienes generan un quiebre a la armonía del cuadro pues desentonan con los elementos predominantes, representan el fin de la época a la que hace alusión la mujer de sombrero, pues pareciera que el esqueleto se dirigiera a ella y solamente a ella, teniendo como objetivo el fin de una era para reivindicar una pasada y dejar las cosas tal y como estuvieron: la mujer es el vivo reflejo de la época a la que hace alusión Delvaux y la muerte es el caos que rodea la situación que rodea al pintor; el esqueleto como símbolo de miedo y angustia. Dicha angustia se verá reflejada en la mujer situada a lado derecho del cuadro, esta mujer desnuda pareciera estar alarmada, y sus ojos parecen posarse en la mujer del sombrero, tratando de captar su atención y así ayudarla de la muerte segura que se le acerca. Justo detrás de Venus encontramos tres mujeres más, también desnudas, una con brazos extendidos a modo de invocación o súplica, una de ellas cae al suelo como resignándose a algo, otra mira a la luna, o a la estrella a lado de la misma (la cual luego daremos un vistazo). Estas mujeres parecen sufrir, algo se avecina y ellas sufren y suplican. Y al fondo hay otra mujer desuda, casi al final del templo posicionado al lado izquierdo del cuadro, esta mujer cae de rodillas, también tiene un brazo extendido a modo de súplica, de dolor. A lado derecho vemos otra construcción romana, tiene en la parte superior a imagen duplicada de Minerva (Atenea en la mitología griega) quien es la diosa de la sabiduría y algunos le atribuyen las técnicas de guerra, bajo ellas se aprecian dos caballos de piedra, esta parte pareciera reflejar la visión romana sobre la guerra y la justicia en la tierra, la legislación y la sociedad y sus conflictos; si revisamos el significado simbólico de los caballos en la cultura latina, veremos que consagran al dios guerrero Marte. Para los hijos de la Roma Eterna, la visión de un caballo es presagio de guerra. En este caso, Delvaux presagia la destrucción por medio de la guerra, reflejo del mundo que lo rodea, como mencionamos mas adelante, intentaba reflejar la angustia de Berlín en los tiempos de ocupación alemana. Siguiendo el cuadro, al fondo vemos un templo romano, cerrado pero con luz interior, que podemos interpretar como la esperanza del autor de que la luz pueda permanecer y acabe la guerra. El lugar donde suceden estos hechos está rodeado de montañas, lo cual otorga alejamiento del resto del mundo, encierro, que junto con la noche, retratan un ambiente tétrico y sombrío. Más arriba, en el cielo, que claramente refleja la noche y una obscuridad absoluta, deja brillar débilmente a la luna en cuarto menguante que representa un período final y al mismo tiempo es favorable para descansar y comenzar a usufructuar de los cambios y acontecimientos, quizás por eso Venus duerme, mientras todo llega a un final indetenible. A lado de la luna nace la primera estrella, que no es más que el planeta Venus anunciando la llegada de la noche y por ende de la oscuridad que deberá cubrir la tierra.
3. Aspectos Formales
A.- El color - predomina los colores fríos, en especial el negro y el azul. Pero a la vez hay presencia de colores cálidos que dan luz al primer plano del cuadro.
B.- La luz- es dirigida pues no es uniforme en el cuadro. Predominan las sombras dejando luz sólo a las partes que el artista desea destacar.
C.- La composición- es abierta pues se expande hacia los extremos del cuadro.
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1.- Aspectos técnicos
Delvaux utiliza evidentemente, los aspectos eróticos en el cuadro, utilizando los desnudos como presencia recurrente en la obra. Se puede observar en primer plano a la Venus dormida plácidamente, los brazos naturalmente posicionados sobre la cabeza hacen alusión a la posición de comodidad y exposición, pues el personaje no cubre nada de su cuerpo. Al lado derecho de Venus, tenemos a otra mujer desnuda con el brazo extendido, en segundo plano a un grupo de mujeres también desnudas, una de ellas con los brazos extendidos mostrando todo el cuerpo frontal desnudo, imagen alargada que denota sensualidad a través del lamento o dolor. Y en tercer plano, ceca a la última columna del primer templo, otra mujer suplicante que cae de rodillas como aferrándose al templo, con las piernas ligeramente extendidas y los brazos en posición de súplica. Estos elementos femeninos, combinados con las actitudes que representan, más la voluptuosidad de las curvas, nos detallan imágenes sumamente teñidas de erotismo. Asimismo, Delvaux hace la reintroducción del sujeto, pero en un sentido determinado que es el de lo extraño y de lo ilógico. En este caso la doble Venus (la diosa y el planeta) y lo que representa esta reinserción y la presencia del esqueleto como sujeto inverosímil pero terrorífico que trae la muerte de una manera ilógica pero clara. En Delvaux también se puede observar elementos del pintor Caravaggio y su técnica del claro-oscuro, pues dentro de los planos del cuadro vemos que es de noche y la oscuridad pareciera pretender consumirlo todo, sin embargo, Venus está rodeada de luz, una luz que pareciera infinita, entre estos dos elementos está presente el contraste entre lo bello y lo feo, entre lo mágico-divino y lo tétrico-angustiante. Por otra instancia, Delvaux hace uso de elementos clásicos – realistas, pues la forma de presentar las siluetas nos remite a esos cuadros, además del claro uso del piso a modo de baldosas, típico en pintura realista, que claro, el pintor combina con imágenes dentro de lo absurdo como el esqueleto y la mujer con prendas de la ultima parte del siglo XIX.
2. Aspectos iconográficos.
En esta parte analizaremos poco a poco los elementos presentes en la pintura. Partiendo de lo que se observa de manera general, el escenario es primordialmente romano, la arquitectura y la escultura presente reflejan claramente el lugar y la época en donde está situada esta historia. En el primer plano, tenemos a la Venus dormida, sabiendo que Venus es la diosa del amor y la belleza, al estar dormida, se inserta la idea que el amor y la belleza del mundo lo están también, entonces, mientras la diosa viaja en el doble mundo del sueño y la muerte, el universo se viene abajo sin sus poderes divinos, despertando a las calamidades, la oscuridad y la guerra entre los hombres. A ambos lados de Venus tenemos dos imágenes perturbadoras, al lado izquierdo del cuadro vemos un esqueleto, el cual suele ser interpretado a la muerte, y casi frente a él, una mujer de vestiduras de fin del siglo XIX que pareciera dirigirse a alguien por la forma en que está elevada su mano derecha. Al parecer esta contraposición de ambos personajes, quienes generan un quiebre a la armonía del cuadro pues desentonan con los elementos predominantes, representan el fin de la época a la que hace alusión la mujer de sombrero, pues pareciera que el esqueleto se dirigiera a ella y solamente a ella, teniendo como objetivo el fin de una era para reivindicar una pasada y dejar las cosas tal y como estuvieron: la mujer es el vivo reflejo de la época a la que hace alusión Delvaux y la muerte es el caos que rodea la situación que rodea al pintor; el esqueleto como símbolo de miedo y angustia. Dicha angustia se verá reflejada en la mujer situada a lado derecho del cuadro, esta mujer desnuda pareciera estar alarmada, y sus ojos parecen posarse en la mujer del sombrero, tratando de captar su atención y así ayudarla de la muerte segura que se le acerca. Justo detrás de Venus encontramos tres mujeres más, también desnudas, una con brazos extendidos a modo de invocación o súplica, una de ellas cae al suelo como resignándose a algo, otra mira a la luna, o a la estrella a lado de la misma (la cual luego daremos un vistazo). Estas mujeres parecen sufrir, algo se avecina y ellas sufren y suplican. Y al fondo hay otra mujer desuda, casi al final del templo posicionado al lado izquierdo del cuadro, esta mujer cae de rodillas, también tiene un brazo extendido a modo de súplica, de dolor. A lado derecho vemos otra construcción romana, tiene en la parte superior a imagen duplicada de Minerva (Atenea en la mitología griega) quien es la diosa de la sabiduría y algunos le atribuyen las técnicas de guerra, bajo ellas se aprecian dos caballos de piedra, esta parte pareciera reflejar la visión romana sobre la guerra y la justicia en la tierra, la legislación y la sociedad y sus conflictos; si revisamos el significado simbólico de los caballos en la cultura latina, veremos que consagran al dios guerrero Marte. Para los hijos de la Roma Eterna, la visión de un caballo es presagio de guerra. En este caso, Delvaux presagia la destrucción por medio de la guerra, reflejo del mundo que lo rodea, como mencionamos mas adelante, intentaba reflejar la angustia de Berlín en los tiempos de ocupación alemana. Siguiendo el cuadro, al fondo vemos un templo romano, cerrado pero con luz interior, que podemos interpretar como la esperanza del autor de que la luz pueda permanecer y acabe la guerra. El lugar donde suceden estos hechos está rodeado de montañas, lo cual otorga alejamiento del resto del mundo, encierro, que junto con la noche, retratan un ambiente tétrico y sombrío. Más arriba, en el cielo, que claramente refleja la noche y una obscuridad absoluta, deja brillar débilmente a la luna en cuarto menguante que representa un período final y al mismo tiempo es favorable para descansar y comenzar a usufructuar de los cambios y acontecimientos, quizás por eso Venus duerme, mientras todo llega a un final indetenible. A lado de la luna nace la primera estrella, que no es más que el planeta Venus anunciando la llegada de la noche y por ende de la oscuridad que deberá cubrir la tierra.
3. Aspectos Formales
A.- El color - predomina los colores fríos, en especial el negro y el azul. Pero a la vez hay presencia de colores cálidos que dan luz al primer plano del cuadro.
B.- La luz- es dirigida pues no es uniforme en el cuadro. Predominan las sombras dejando luz sólo a las partes que el artista desea destacar.
C.- La composición- es abierta pues se expande hacia los extremos del cuadro.