viernes, 5 de marzo de 2010
miércoles, 24 de febrero de 2010
“La Vénus endormie” y la pasión oscura de Paul Delvaux
1.- Aspectos técnicos
Delvaux utiliza evidentemente, los aspectos eróticos en el cuadro, utilizando los desnudos como presencia recurrente en la obra. Se puede observar en primer plano a la Venus dormida plácidamente, los brazos naturalmente posicionados sobre la cabeza hacen alusión a la posición de comodidad y exposición, pues el personaje no cubre nada de su cuerpo. Al lado derecho de Venus, tenemos a otra mujer desnuda con el brazo extendido, en segundo plano a un grupo de mujeres también desnudas, una de ellas con los brazos extendidos mostrando todo el cuerpo frontal desnudo, imagen alargada que denota sensualidad a través del lamento o dolor. Y en tercer plano, ceca a la última columna del primer templo, otra mujer suplicante que cae de rodillas como aferrándose al templo, con las piernas ligeramente extendidas y los brazos en posición de súplica. Estos elementos femeninos, combinados con las actitudes que representan, más la voluptuosidad de las curvas, nos detallan imágenes sumamente teñidas de erotismo. Asimismo, Delvaux hace la reintroducción del sujeto, pero en un sentido determinado que es el de lo extraño y de lo ilógico. En este caso la doble Venus (la diosa y el planeta) y lo que representa esta reinserción y la presencia del esqueleto como sujeto inverosímil pero terrorífico que trae la muerte de una manera ilógica pero clara. En Delvaux también se puede observar elementos del pintor Caravaggio y su técnica del claro-oscuro, pues dentro de los planos del cuadro vemos que es de noche y la oscuridad pareciera pretender consumirlo todo, sin embargo, Venus está rodeada de luz, una luz que pareciera infinita, entre estos dos elementos está presente el contraste entre lo bello y lo feo, entre lo mágico-divino y lo tétrico-angustiante. Por otra instancia, Delvaux hace uso de elementos clásicos – realistas, pues la forma de presentar las siluetas nos remite a esos cuadros, además del claro uso del piso a modo de baldosas, típico en pintura realista, que claro, el pintor combina con imágenes dentro de lo absurdo como el esqueleto y la mujer con prendas de la ultima parte del siglo XIX.
2. Aspectos iconográficos.
En esta parte analizaremos poco a poco los elementos presentes en la pintura. Partiendo de lo que se observa de manera general, el escenario es primordialmente romano, la arquitectura y la escultura presente reflejan claramente el lugar y la época en donde está situada esta historia. En el primer plano, tenemos a la Venus dormida, sabiendo que Venus es la diosa del amor y la belleza, al estar dormida, se inserta la idea que el amor y la belleza del mundo lo están también, entonces, mientras la diosa viaja en el doble mundo del sueño y la muerte, el universo se viene abajo sin sus poderes divinos, despertando a las calamidades, la oscuridad y la guerra entre los hombres. A ambos lados de Venus tenemos dos imágenes perturbadoras, al lado izquierdo del cuadro vemos un esqueleto, el cual suele ser interpretado a la muerte, y casi frente a él, una mujer de vestiduras de fin del siglo XIX que pareciera dirigirse a alguien por la forma en que está elevada su mano derecha. Al parecer esta contraposición de ambos personajes, quienes generan un quiebre a la armonía del cuadro pues desentonan con los elementos predominantes, representan el fin de la época a la que hace alusión la mujer de sombrero, pues pareciera que el esqueleto se dirigiera a ella y solamente a ella, teniendo como objetivo el fin de una era para reivindicar una pasada y dejar las cosas tal y como estuvieron: la mujer es el vivo reflejo de la época a la que hace alusión Delvaux y la muerte es el caos que rodea la situación que rodea al pintor; el esqueleto como símbolo de miedo y angustia. Dicha angustia se verá reflejada en la mujer situada a lado derecho del cuadro, esta mujer desnuda pareciera estar alarmada, y sus ojos parecen posarse en la mujer del sombrero, tratando de captar su atención y así ayudarla de la muerte segura que se le acerca. Justo detrás de Venus encontramos tres mujeres más, también desnudas, una con brazos extendidos a modo de invocación o súplica, una de ellas cae al suelo como resignándose a algo, otra mira a la luna, o a la estrella a lado de la misma (la cual luego daremos un vistazo). Estas mujeres parecen sufrir, algo se avecina y ellas sufren y suplican. Y al fondo hay otra mujer desuda, casi al final del templo posicionado al lado izquierdo del cuadro, esta mujer cae de rodillas, también tiene un brazo extendido a modo de súplica, de dolor. A lado derecho vemos otra construcción romana, tiene en la parte superior a imagen duplicada de Minerva (Atenea en la mitología griega) quien es la diosa de la sabiduría y algunos le atribuyen las técnicas de guerra, bajo ellas se aprecian dos caballos de piedra, esta parte pareciera reflejar la visión romana sobre la guerra y la justicia en la tierra, la legislación y la sociedad y sus conflictos; si revisamos el significado simbólico de los caballos en la cultura latina, veremos que consagran al dios guerrero Marte. Para los hijos de la Roma Eterna, la visión de un caballo es presagio de guerra. En este caso, Delvaux presagia la destrucción por medio de la guerra, reflejo del mundo que lo rodea, como mencionamos mas adelante, intentaba reflejar la angustia de Berlín en los tiempos de ocupación alemana. Siguiendo el cuadro, al fondo vemos un templo romano, cerrado pero con luz interior, que podemos interpretar como la esperanza del autor de que la luz pueda permanecer y acabe la guerra. El lugar donde suceden estos hechos está rodeado de montañas, lo cual otorga alejamiento del resto del mundo, encierro, que junto con la noche, retratan un ambiente tétrico y sombrío. Más arriba, en el cielo, que claramente refleja la noche y una obscuridad absoluta, deja brillar débilmente a la luna en cuarto menguante que representa un período final y al mismo tiempo es favorable para descansar y comenzar a usufructuar de los cambios y acontecimientos, quizás por eso Venus duerme, mientras todo llega a un final indetenible. A lado de la luna nace la primera estrella, que no es más que el planeta Venus anunciando la llegada de la noche y por ende de la oscuridad que deberá cubrir la tierra.
3. Aspectos Formales
A.- El color - predomina los colores fríos, en especial el negro y el azul. Pero a la vez hay presencia de colores cálidos que dan luz al primer plano del cuadro.
B.- La luz- es dirigida pues no es uniforme en el cuadro. Predominan las sombras dejando luz sólo a las partes que el artista desea destacar.
C.- La composición- es abierta pues se expande hacia los extremos del cuadro.
lunes, 25 de enero de 2010
La Visión de Christine: El Feminismo en su forma inicial Aproximación a la obra de Cristina de Pizán
Christine de Pizan
Los saberes desde la época clásica, se dividían en las siete disciplinas de las artes liberales: el trivium (que comprendía la gramática, la dialéctica y la retórica, nombradas artes del lenguaje) y el quadrivium (que comprendía la geometría, la astronomía, la aritmética y la música). Para el humanismo, la retórica era una materia central en su teoría de la educación, ya que se estudiaba para alcanzar competencia en la elocuencia pública, lo que para este movimiento cultural era objetivo básico de una trayectoria educativa ideal. Los ideólogos humanistas, sin embargo, insistieron en que el currículum formativo de las niñas debía diferir de la de los niños en un punto fundamental: no debían estudiar retórica, ya que para ellas era una enseñanza innecesaria. La educación para ellas debía ser funcional a un modelo de género femenino que condenaba a las mujeres al silencio público. Un silencio que Cristina rompió, ya que tempranamente en su carrera literaria, intervino en ese duro ámbito público, para que la experiencia femenina tuviera allí su voz. Fue hacia 1399 cuando Cristina empezó a escribir abiertamente en defensa de las mujeres. Su primera obra en defensa de las mujeres fue la “Epístola del dios del Amor”, un largo poema de más de ochocientos versos con el que se lanzó exponiéndose a la vida literaria. Para las feministas comprometidas, la deconstrucción de las identidades esenciales tendría que verse como la condición necesaria para una comprensión adecuada de las verdaderas relaciones sociales donde se habrían de aplicar los principios de libertad e igualdad[2]. En esta obra Cristina condena y exponen la hipocresía de los hombres que acusan a las mujeres, cuando en realidad son ellos los culpables. Esta obra me remite al trabajo de Sor Juana Inés de la Cruz “Hombres Necios” donde ella, al igual que Pizán, condena a los hombres por la concepción y opinión que tenían sobre las mujeres. Podríamos afirmar que Cristina es la antecesora de Sor Juana, quien por la Inquisición, estuvo un poco más restringida, en cuanto a promoción de ideas se refiere. Más adelante veremos las coincidencias existentes entre Pizán y Sor Juana.
A finales del siglo XIV y principios del siglo XV. Se discutía entonces sobre la naturaleza femenina, rebatiendo o apoyando una antigua tradición misógina que repoblaba entonces la Europa culta y letrada. Una tradición misógina que despreciaba la fisiología femenina y negaba las capacidades morales e intelectuales de las mujeres. El cuerpo femenino era descrito como fuente de malignidad y de impureza; las mujeres, como seres engañosos e incapaces de acciones benefactoras para la sociedad. Todo el falso dilema de la igualdad versus la diferencia se derrumba desde el momento en que ya no tenemos una entidad homogénea "mujer" enfrentada con otra entidad homogénea "varón", sino una multiplicidad de relaciones sociales en las cuales la diferencia sexual esta construida siempre de muy diversos modos, y donde la lucha en contra de la subordinación tiene que ser planteada en formas específicas y diferenciales[3]. El juego aquí no está sólo en lo que se manifiesta en la época como en el trabajo de Pizán, sino en las maneras de revolucionar las ideas, es decir, el empleo del discurso para una causa social y política. Cristina intervino en el debate de diversas maneras; escribiendo obras en defensa de las mujeres y también promoviendo la recopilación de los textos que defendían y atacaban a las mujeres, llevándolos de ese modo a la arena pública, especialmente los generados por el debate entorno al “Libro de la rosa”, un largo poema que influyó notablemente la lírica misógina europea. Se trataba pues de un debate en gran medida erudito, que se dirimía en textos filosóficos, religiosos y científicos. Y fue, además, de gran alcance puesto que en él participaron personajes de alto nivel e influencia. La intervención de Cristina, primera mujer cuya voz sonó con fuerza en ese debate, aportó elementos nuevos e inéditos en la historia del pensamiento político: “Si las mujeres hubiesen escrito esos libros los habrían hecho distintos, porque ellas saben que se las acusa en falso[4]”. Pizán tiene una fuerte idea sobre la intelectualidad de la mujer. Ella no sólo defiende a su género en cuestiones sociales y políticas, sino también en cuestiones intelectuales, lo cual reafirma la idea de que es una escritora que se adelanta a su época, pues estas ideas de revolución intelectual femenina, no se verán hasta la publicación de “El segundo sexo” de Simone de Beauvoir en el año 1949. The real-life women who undertake the process of social and symbolic reconstruction of female subjectivity are not a new version of Cartesian consciousness, but rather a deconstructed, multiple entity in themselves: split, fractured, and constituted over intersecting levels of experience[5] (la mujer de la vida real que toma por debajo los proceso de reconstrucción social y simbólica de la subjetividad femenina no son una nueva versión de consciencia cartesiana, sino una entidad múltiple de deconstrucción en ellas mismas: dividida, fracturada y constituida sobre niveles de experiencia interjectiva) Estos niveles van más allá de una experiencia cotidiana; Cristina explora estos campos para hablar y tratar a la mujer, no sólo como un sujeto social, sino como sujeto artístico-intelectual. Carta válida que debemos reconocer en el trabajo de Pizán. Esto sucede en el caso de Cristina, utiliza el discurso literaria para apedrear las concepciones masculinas sobre la mujer, para dar a conocer una valoración de género desde una perspectiva femenina.
En “La ciudad de las damas” (su obra más conocida) Cristina pone en juego en primer lugar, su ser mujer. Se trata de un cambio fundamental en el punto de vista, en el lugar de enunciación de quien elabora y emite un discurso, un cambio de perspectiva que convierte el cuerpo sexuado en fuente legítima de conocimiento. “La ciudad de las damas” es un retablo de reconocidas mujeres ejemplares, reales o míticas, cuyas virtudes no habían sido superadas por ningún varón. Un texto que, rompiendo con los tabúes de la época, toma por primera vez la palabra en nombre de todas las mujeres para defenderlas de las continuas invectivas que los hombres les dedicaban. Las acusaban de escasa capacidad intelectual, debilidad, avaricia o infidelidad; de causarles placer la violación y de hacer insoportable el matrimonio con su amargura y rencor, les impedían estudiar alegando que el conocimiento corrompería sus costumbres, y los predicadores llegaban a decir que si Dios se había aparecido a una mujer era porque sabía que no podría callarse y antes se conocería la noticia de su resurrección. Del mismo modo, prohibían el púlpito a las abadesas porque sus labios “llevan el estigma de Eva, cuyas palabras han sellado el destino del hombre”. La autora recurre a tres figuras alegóricas que se le aparecen en su estudio, Razón, Derecho y Justicia -tres virtudes laicas frente a las teologales Fe, Esperanza y Caridad-, para rehabilitar a las mujeres construyendo una ciudad cuyos cimientos, piedras y acabados son los ejemplos de mujeres virtuosas y cuya argamasa es la tinta. Con las heroicas y benefactoras acciones de sus protagonistas, realiza una gran hazaña: la de construir a las mujeres como sujeto político. No se trata de un lugar para esconderse del mundo ni desde el que luchar en su contra. Se trata de un espacio simbólico que resguarde la presencia viva y significante de la autoridad femenina en el mundo. Sus murallas quieren proteger y asegurar el reconocimiento de lo que las mujeres han hecho y hacen en él. La ciudad que Cristina construyó simboliza el espacio público, recuperando para la política su sentido originario. Pero en ese espacio las mujeres estamos con, y por, nuestra historia propia, con señorío, no como invitadas ajenas a su definición y a su diseño. La Razón proporciona materiales para la fundación, la rectitud ayuda a construir las paredes, crean el foso, establece la ciudad, y de Justicia, añade el toque final a las altas torres y lugares. Cristina y Dame Razón discutir los motivos detrás de la misoginia de los hombres. Motivos que proponen demostrar que muchas mujeres han hecho importantes contribuciones a la civilización Un patrón está establecido aquí, que se repetirá en los siguientes capítulos donde se establecen paralelismos entre los modelos clásicos y los ejemplos más recientes de virtudes comparables por Pizán, está claramente dispuesto a que la virtud femenina relegado a un pasado mitológico. I think that the notion and the historical problems related to difference in general and “sexual difference” in particular are extremely relevant policatilly.[6] (Creo que la noción y los problemas históricos relacionados a la diferencia en general y “las diferencias sexuales” en particular, son políticamente hablando, extremadamente relevantes. La denuncia de Pizán en términos políticos genera otro discurso feminista, no sólo reniega en las diferencias de clases sino en las diferencias de género en la estructura social, política y económica de la época. En el caso de la “Dame” rectitud recoge y cita muchos casos de mujeres que habían tenido la moral alta, tales como la piedad filial, la devoción de esposa, la integridad y la generosidad. Usando sólo los mejores materiales de construcción, la rectitud construye la ciudad. Justicia da pasos para poblar la ciudad con las mejores mujeres, comenzando con la Virgen María, María Magdalena, y una larga lista de santas y mártires.
(…)
Si fuera costumbre mandar a las niñas a la escuelas e hiciéranles luego aprender las ciencias, cual se hace con los niños, ellas aprenderían a la perfección y entenderían las sutilezas de todas las artes y ciencias por igual que ellos pues aunque en tanto que mujeres tienen un cuerpo más delicado que los hombres, más débil y menos hábil para hacer algunas cosas, tanto más agudo y libre tienen el entendimiento cuando lo aplican. Ha llegado el momento de que las severas leyes de los hombres dejen de impedirles a las mujeres el estudio de las ciencias y otras disciplinas. Me parece que aquellas de nosotras que puedan valerse de esta libertad, codiciada durante tanto tiempo, deben estudiar para demostrarles a los hombres lo equivocados que estaban al privarnos de este honor y beneficio. Y si alguna mujer aprende tanto como para escribir sus pensamientos, que lo haga y que no desprecie el honor sino más bien que lo exhiba, en vez de exhibir ropas finas, collares o anillos. Estas joyas son nuestras porque las usamos, pero el honor de la educación es completamente nuestro.[7] Aunque no se puede saber por seguro, parece que “La Cité des Dames” tuvo un papel muy influencial en la obra famosa de Sor Juana Inés de la Cruz, “La Respuesta a la Muy Ilustre Sor Filotea de la Cruz.” En dicha obra, Sor Juana cita a muchas mujeres históricas, mitológicas y bíblicas para apoyar su defensa de las mujeres. En “La Cité” de Cristina aparecen muchas de las mismas mujeres, a las cuales ella también cita para apoyar su defensa femenina. Dentro de ambas obras se encuentran algunos de los mismos temas como la importancia de la educación de la mujer y la afirmación de su igualdad intelectual y espiritual. Esta obra es simplemente un largo discurso que rechaza la tradición misógina con ejemplos, y defiende a todas las mujeres virtuosas. Los muchos otros temas de “La Cité” son varios: la educación para las mujeres, la capacidad femenina intelectual, el travestismo de santas, la refutación de que las mujeres invitan la violación, y que tener una hija no es algo negativo. El tema de la violencia verbal y física en contra de las mujeres es lo que conecta las partes diferentes del texto.
En la lucha femenina para defenderse y protegerse, Cristina de Pizán ha dejado sus marcas. Los temas que promovió y las mujeres a que citó eran las “piedras” de la ciudad universal que podía servir como defensa y refugio para todas las mujeres. Las diferencias que se encuentran en los enfoques, sólo sirven para aumentar y ampliar su poder e importancia como pruebas de la igualdad moral, intelectual y espiritual de los sexos. Pizán es un claro ejemplo de mujer revolucionaria. No sólo se adelanta a su época, sino que trabaja un discurso femenino y feminista sumamente impresionantes, cuyos parámetros aún son válidos en estos días.
[1] La mirada interior: escritoras místicas y visionarias en la edad media. Blanca Garí Ediciones Martínez Roca, 1999. Pág. 54
[2] Feminismo, ciudadania ypolitica democratica radical. Chantal Mouffe. Pág. 6
[3] Feminismo, ciudadania y politica democratica radical. Chantal Mouffe. Pág. 8
[4] Le Dit de la Rose Cristina de Pizán. Editorial Miranda Remnek 1401
[5] Feminism by Any other Name. Entrevista por Rosi Braidotti con Judith Butler.
[6] Feminism by Any other Name. Entrevista por Rosi Braidotti con Judith Butler
[7] Cité des Dames. Christine de Pizán. Serie Moyen Age 2005
BIBLIOGRAFÍA
BLUMENFELD-KOSINSKI, Renate. “Femme de corps et femme par sens: Christine de Pizan’s Saintly Women.” (1996)
THE ROMANIC REVIEW “Christine de Pisan.” In Domna C. Stanton (ed.), The Defiant Muse: French Feminist Poems from the Middle Ages to the Present. Editorial Universitaria de New York (1986),
DE PIZAN, Christine. La Cité des Dames. Serie Moyen Age (2005)
BRAIDOTTI, Rosi con BUTLER, Judith “Feminism by Any other Name”. Entrevista.
DE PIZAN, Christine “Le Dit de la Rose”. Editorial Miranda Remnek (1982)
MOUFFE, Chantal. “Feminismo, ciudadania y politica democratica radical”. (Formato pdf)
GARÍ, Blanca “La mirada interior: escritoras místicas y visionarias en la edad media”. Ediciones Martínez Roca (1999)
inscripciones TALLER DE LITERATURA / POESÍA
Viernes 5 de febrero: "Recital poético en el ZORBAS" (Maru; Nacho Infantas; Oscar Saldivar; Alex; César Belan). 9 pm.
Jueves 11 de febrero: "Charla informativa"; 5 a 7 pm. Centro de Estudios Católicos [Calle mercaderes 1ra cuadra, al lado del patio del ekeko].
Período de inscripción desde el 11 de febrero hasta el 1 de marzo: En en Centro de Estudios Católicos (CEC).
DURACIÓN: 3 meses
HORARIOS: De Lunes a Viernes (Lunes y miércoles- martes y jueves, de 17:00 a 19:00 hrs.)
-4 hrs semanales.
COSTO A NEGOCIAR: 65 soles por alumno.
INCLUYE:
-Materiales para lectura y reflexión
-Preparación de separatas de apoyo
NÚMERO DE ALUMNOS POR CADA TALLER: 10 (Si excedieran este
número podríamos establecer dos turnos )
NÚMERO DE SESIONES DEL TALLER: 24
OBJETIVOS
- Motivar en el alumno habilidades creativas.
- Proporcionar técnicas y recursos para el desarrollo de la escritura creativa.
- Promover una lectura reflexivo-crítica.
- Crear una nueva percepción de texto, lector y autor.
SUMILLA.
I. A. Escrituras, contraescrituras e intervenciones textuales.
B. ¿Cómo construir un texto?
C. Persona, personaje, máscara.
II.
A. ¿Qué es un poema? La verdad de las mentiras.
B. Poesía sonora, poesía visual, poesía concreta.
C. La antipoesía
III. La escritura como una representación de la realidad: lecturas y reescrituras.
IV. Experiencias colectivas en Latinoamérica: (El concretismo, el neobarroco) y el estudio de algunas experiencias insulares.
V. El talk poetry los poetas de Language.
En cada sesión se hará una lectura y corrección de textos de los asistentes al taller.